Uno de los principales riesgos de las tarjetas revolving es que en apariencia son muy similares a las tarjetas de crédito convencionales. Ambas son un sistema de pago que nos permiten aplazar las compras que hagamos. La diferencia entre una tarjeta revolving y una de crédito reside en su funcionamiento y en la tasa de intereses.

En una de crédito, el consumidor aplaza el importe de las compras hechas con la tarjeta a final de mes. Por su parte, en una revolving funcionan más bien como un préstamo personal que como una tarjeta de crédito y con un tipo de interés muy elevado.

De hecho, esta fue una de las causas por las que el Tribunal Supremo declaró abusivos los intereses de este tipo de producto bancario, ya que los calificó como usurarios. Desde esta sentencia, miles de particulares se han puesto en contacto con un abogado de tarjetas revolving para que analice su situación y les asesore sobre los pasos a dar. 

El desconocimiento por parte de muchos consumidores hace que no sepan realmente si en sus manos tienen una tarjeta de estas características o de crédito. Por eso, saber distinguir entre ambas resultará importante para muchos.

Tarjetas revolving VS Tarjetas de crédito

En una tarjeta de crédito convencional se aplazan los pagos de las compras a final de mes. En esa fecha se abona la totalidad de la deuda acumulada, aunque también existe la posibilidad de aplazarla ya sea de manera total o parcial. Por su parte, en las revolving se va pagando una cuota mensual sin tener en cuenta el uso que le hayas dado a la tarjeta.

Otra de las diferencias reside en que la de crédito no conlleva un pago de intereses, pero uno de los peligros de las tarjetas revolving es precisamente ese; cuando se va a efectuar el abono, se pagarán intereses y comisiones muy elevadas.

Además, el crédito de este producto bancario se recalcula mes a mes y como la deuda aumenta por los pagos que se realizan con la tarjeta, los intereses también se van incrementando. Esto implica que la deuda va alargándose con el tiempo, haciendo que su devolución sea cada vez más difícil.

Por otra parte, el conocimiento sobre el funcionamiento de la tarjeta de crédito es sencillo y no causan dificultades a los consumidores. En cambio, las revolving se caracterizan por su poca transparencia y muchos particulares firmaron un contrato con total desconocimiento.

En resumen, en una tarjeta revolving el particular sigue incrementando su deuda mes a mes, a pesar de que la pague. En una de crédito eso no sucede, el importe a pagar varía en función de las compras que hayamos hecho.

En Ercilla Abogados llevamos años ayudando a las personas en su reclamación de tarjetas revolving. Contamos con un amplio equipo de letrados que te acompañarán durante todo el proceso. Nos encargaremos de cancelar toda la deuda y anular el contrato. Además, si estás en el fichero de la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (ASNEF), nos aseguraremos de que salgas. La ASNEF es un archivo donde aparecen las personas que no complementan sus pagos y que impide solicitar un préstamo.